“La bendición padrino” se escuchaba, “Dios lo bendiga ahijao” era la respuesta esperada. Este ritual que ya perdía de a poco la cotidianeidad que solía tener hace ya casi más de medio siglo, era todavía parte de la comunicación con nuestros mayores en esta tierra madrileña.
Esta manera de interactuar y relacionarse formaba parte de una tradición que hoy nos haria parecer ridículos, pero que guardaba en si mismo un profundo respeto hacia la relación y particularmente una invocación no exenta de fe y cariño. El ahijado/a de aquel entonces profesaba un respeto hacia su padrino solicitándole a este lo bendiga. Esta petición no solo exponía el respeto hacia los mayores, sino que además guardaba una suerte de necesidad de recibir un buen augurio.
El padrino, consciente de su humanidad y receptor de la petición, invocaba a Dios para que en el descansara definitivamente la facultad de bendecir.
¿Por qué traemos esta costumbre a colación? Por algo que decíamos al principio. Si la escena descripta se observara en la actualidad solamente seria causal de risa y no pocos motivos para la cargada, cuando no, endilgarnos el mote de ridículos.
Sin duda que los medios y las maneras de comunicarnos ha cambiado muchísimo. No es el propósito analizar en profundidad ninguno de ellos. Solamente invitar a que cada uno de nosotros podamos reflexionar sobre lo que hoy es algo cotidiano, el insulto y la mentira como medio para la comunicación.
Un articulo de un diario nacional publicaba hace unos días que el señor presidente de la Republica había manifestado mas de 600 insultos en poco mas de tres meses. Un promedio de casi 3 insultos diarios. Vaya récord, y lo que es peor, pareciera que eso habilita a otros.
Nos preguntamos que pudo haber cambiado para que la sociedad pueda justificar el insulto, la mentira y hasta la falta de respeto. O mirándolo de otro modo en que cambiamos nosotros para que algún integrante de la sociedad sienta que tiene el derecho a dirigirse de manera soez y descalificante hacia otra persona.
Sera cierto aquello … que el que no tiene argumentos…….insulta? Animémonos a pensar.