Que sabanas tan sucias cuelga la vecina en la soga, le comento la mujer a su marido.
Quizás necesita un jabón nuevo…Ojalá pudiera ayudarla a lavar las sabanas, continuo la mujer. El marido la miro sin pronunciar palabra alguna.
Cada dos o tres días la mujer repetía su discurso, viendo a través de la ventana como tendía la ropa su vecina.
Al mes la mujer se sorprendió al ver a su vecina tender las sabanas blancas, como nuevas, inmaculadas, y le dijo a su marido, ¡Mira al fin aprendió a lavar su ropa, ¿le habrá enseñado la otra vecina?
El marido le respondió:
No, hoy me he levantado bien temprano y lave los vidrios de nuestra ventana….
Moraleja: A veces criticamos algo que desconocemos, sin pensar que quizás los que estamos mal somo nosotros mismos. Todo esta en el color del cristal con que se mira. Para reflexionar.