Tucumán entro…en un lugar sin límites, peligroso, de regreso al mundo tribal, de clanes, de bandas, primitivo. Da vergüenza compararlo con las…novelas, las series o el cine…porque estamos hablando de una realidad aterradora. Una niña de 9 años ha sido violada y asesinada, y la población salió mas presurosa que la policía, y cazó y mató a golpes al sospechoso del crimen, en una secuencia terrorífica que mostro cuan bajo puede caer el ser humano en su venganza reivindicadora. Culón Guaymás -de cuyo cuerpo hoy nadie quiere hacerse cargo- representó la encarnación del mal y la sociedad parece festejar este descenso a los abismos que represento la orgia de sangre. Por lo menos eso se percibe en las redes sociales, que celebran y advierten que acaso algún día podría ser …. en el que sea la autoridad el que reciba el castigo popular. Estas líneas no pertenecen a quien escribe hoy el editorial, fue publicado en La Gaceta por Roberto Delgado.
Usted se preguntará por que las traemos a este espacio. Por que ambas cosas, a mi modesto entender, ocurrieron en nuestra La Madrid. Seguramente los que tienen algunos años recordaran el caso del asesinato de “Vivianita” en nuestro pueblo. Esta última, al igual que Abigail, tuvo idéntico destino. Un familiar el autor, la policía pudo actuar, lo demás es historia.
En el tiempo que ocurrió el aberrante hecho de vivianita en nuestro pueblo las redes sociales no existían, no había WhatsApp, no había face, ni siquiera internet. Las noticias en nuestro pueblo solo eran la radio, la televisión por aire, y naturalmente el boca a boca de los vecinos. La policía y la autoridad pudieron actuar. La indignación de nuestro pueblo se tradujo en el acompañamiento a la familia.
“la sociedad parece festejar este descenso a los abismos que represento la orgia de sangre. Por lo menos eso se percibe en las redes sociales”, Si las redes sociales. Estas últimas, si tuvieron un rol protagónico para difundir las mentiras y el odio, durante los terribles momentos que nos toco vivir como sociedad en abril de 2017 con motivo de las inundaciones. Una vecina mintió descaradamente en el grupo de WhatsApp y la mentira logro desatar la ira, de los ya golpeados vecinos.
Muchos asistíamos azorados al espectáculo casi diario de vecinos saqueando la ayuda que llegaba de la solidaridad. Muchos, no podíamos creer el nivel de violencia, cuando se pateaba las puertas del comedor infantil para agredir a las mujeres que hasta hacia instantes solo cocinaban para compartir con los vecinos. Muchos mirábamos con estupor como se agredía a la ministra Chahla, al ministro Acevedo y a cuanto funcionario se acercaba a la plaza congreso para ayudar. Otros festejaban, como lo hace al parecer la sociedad actual por la suerte de culón, cuando los vecinos golpeaban al Comisionado Comunal de ese entonces en la ruta 157 o cuando un conocido comerciante agredía al subcomisionado en la estación ferroviaria.
Hoy, cuando todo paso y cuando la calma ya pudo dejar en claro que aquella vecina mintió, nos preguntamos si quizás los agredidos de aquellos acontecimientos no podrían haber tenido un final parecido al del sospechoso del crimen de Abigail.
Las mentiras en las redes sociales pueden hacer crecer la ira de un pueblo que al pensar que son verdades las que lee, actúa de un modo que no lo haría en una situación normal. Para pensar….